La traición de las imágenes, probablemente la obra más conocida respecto al concepto realidad-imagen.
Y es que, no dejamos de encontrar una imagen, una pintura realista de una pipa, con cada uno de sus detalles. Un orificio para el tabaco, otro para fumarla, tallada en madera oscura, una pipa.
Pero, ¿podemos introducir tabaco en ella? ¿acaso podemos fumarla?, estas cuestiones son las que nos plantea Magritte con el segundo elemento de la obra, la frase de la parte inferior, "esto no es una pipa".
Lo que nos plantea Magritte con la obra es una pura cuestión metafísica, lo que estamos observando no es una pipa, es la representación de una pipa. Es una mera imagen, que imita el reflejo de una pipa real, el concepto que tenemos de ella, pero sin llegar a serlo. No podemos introducir tabaco en la imagen, crea así una relación entre la imagen y el referente. Pese a esto, ambas, la imagen y la pipa en sí misma pertenecen a la realidad, sin ser lo mismo.
Esta misma problemática es la que plantea Joseph Kosuth en "Una y tres sillas". Esta vez el artista une, a la relación de la imagen y el referente, con la silla y su representación, el lenguaje.
El lenguaje establece una especie de unión, un enlace entre la referencia, que cumple todas las características que este describe, y la imagen, que es la representación de esa concepción. Una unión entre imagen y referente que Magritte establece de forma no específica.
Todas se dirigen hacia el mismo punto, todas miran hacia el referente, el objeto real.
Así las dos obras cuentan con una intención común, representada de forma clara y concisa.
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