lunes, 21 de septiembre de 2020

50 COSAS SOBRE MI


Hablar, hablar es algo que, con seguridad hago a cada momento, no se si hasta pueda resultar pesado, pero es justo lo que voy a hacer ahora mimo, más concretamente, sobre mí. 
Si hay algo de lo que podría hablar todo el día, es el mar, en todas sus formas y en cada lugar en que sea posible disfrutarlo. 
Mi favorito, sin duda es el acantilado en Mazarrón con la puesta de sol más bonita que he visto, tan significativo, y que he dicho que iba a surfear desde hace 4 años...
Y, hablando de surfear, lo que creo que nunca, nunca voy a conseguir surfear es ninguna de las montañas rusas que puedas imaginar, desde la más simple de la feria hasta PortAventura. 
Volviendo a las olas, es uno de mis 5 tatuajes, otra de mis obsesiones y una de mis formas de expresión artística favoritas, y además, otra de las cosas que llevo 3 años diciendo que voy a hacer, a puntillismo si fuese posible.
El puntillismo, ese estilo que tanto disfruto trabajar y para el cual siempre es buen momento, aunque lo que realmente me encantaría poder trabajar, es la restauración de pintura, o a la egiptología, o a la restauración de restos egipcios ya que nos ponemos... Lo que me lleva a volver a los tatuajes y decir que tengo una Nefertiti tatuada, que inicialmente iba a ser un escarabajo.
Todos los caminos de mi mente llevan a Egipto, a donde me encantaría viajar, bueno, viajar en general. 
Verdaderamente solo puedo parar quieta, solo para comerme una buena hamburguesa.
Dos de mis sueños se cumplirían en el mismo continente, visitar Canadá y fotografiar el skyline de Nueva York.
También puedo pararme a leer un buen libro, sobre todo si es de filosofía o historia, pero nada de esto me gusta tanto como escuchar un buen disco de música o descubrir un artista nuevo. 
Tengo dos hermanos, y ser tres... es la bomba, no voy a mentir, pero tanto como para lo bueno como para lo malo...
Y para terminar la G, la inicial de dos personas importantísimas en mi vida, que me han ayudado a crecer, me han brindado personas maravillosas, que están a cada momento conmigo, y que me quieren casi tanto como yo a ellos... al tiempo que me han enseñado a mantener el tercer ojo bien abierto que heredé de mi madre.
 

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